Descripción
Es de admirar desde la perspectivas de hoy cómo se podía escribir poemas e tal corte patriótico, con la vehemencia y la pasión con que se hacía, o sea, el culto a la patria, a sus símbolos, a los patricios. Los escritos antes de 1916, esto es, los diversos cantos a la patria, los que se compusieron a la bandera,los que se escribieron a Quisqueya a la ceiba de Colón y demás, todos, previo a la intervención de 1916, pueden hacer as veces de preludio a los que se escribirían poco tiempo después como condena a ese acontecimiento. Presente en algunos poemas antologados está la descripción del clima idílico del país; en otros, resaltan los lamentos la nostalgia por el pasado glorioso perdido de la República Dominicana, deslucido por los odios, el egoísmo y las luchas fratricidas, estas, fruto del caos que opacó el esplendor de las luchas de emancipación. En uno se destaca el dolor y la añoranza de un poeta desterrado. En diversos poemas se canta a la patria, a la Madre Quisquella; en una de las compasiciones, «Marmol paricio», de Porfirio Herrera, se redimensiona el ideal duartiano y su intrahistoria a modo de justicia poética en el tiempo por los ultrajes que Duarte experimentó en su época, a causa de las ambiciones particulares e intereses espurios de los dominicanos.
En términos de sus contenidos, claro está, algunos poetas hacen recorridos por los campos de las luchas independentistas y restauradoras que llenaron de gloria la incipiente historia dominicana. Los poetas e resienten or la anarquía en que habían sumido los caciques al día, individuos sin ningún sentido de la historia y del honor, que, por la ambición innombrable de poder, sin haberles importado la forma en que lo hicieron, no midiendo ni pesaron el precio que tuvo que pagar la República por sus despropósitos, un comportamiento, que, a decir verdad, no ha decaído gran cosa hasta nuestros días. ´
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