Descripción
Es necesario que la historia penetre hasta las entrañas del pueblo. Es necesario que la historia llegue a tiempo a la juventud, apenas esté en condiciones de asimilarla. Para ello, es preciso presentarla al alcance del mayor número. La enseñanza de la historia es un estimulante moral de primer orden, un laboratorio de conciencia, el mayor vehículo cultural del amor a lo nuestro , la formadora y presentadora de la unidad espiritual que es la nación, a través del tiempo.
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