Descripción
UN TETEO EN FREAKYLANDIA
Lo que arranca esta noche… «¡No se sabe donde vayas a parar!»
Tampoco lo saben, ni quieren, Luis Eduardo y su amigo Pedro. La fucking lluvia no dañará su fiesta, y menos aún el cadáver que llevan en el baúl del carro… Pero las vueltas en círculo en el mismo bosque dantesco; atropellar una y otra vez versiones de sí mismos, ya los tiene paniqueao. La historia que protagonizan es puro weird fiction. Encima el GPS confirma que el TETEO de la mierda ese ya no será en el espacio tiempo de Dominican splendours, sino en Freakylandia. ¡HAY BOBO!
Definitivamente la mala vibra que infestó el perreo es peor que el COVID en variante WAWAWA.
En el malecón el Penco ya no puede arrear más. El caballo colapsa con la carga de jucas y vapers que harían del TETEO una vaina bien. El crimen indigna a palmeras y olas que frasean el coro: «¡Arre pa el cielo Penco, arre, arre, arre; allá los garrotazos al menos los dan ángeles».
Pero la real vuelta la está cogiendo Pochum. El pobre: con el cocote que hizo para ir al TETEO: pa reiná con to lo cuarto de su billete premiado. Trescientos diecinueve millones, ¡DIACHE!, ¿y cómo eh que se dice tan rápido? ¡Eso eh mucho perico y chapeadora! La jodía vieja que le leyó la taza se quedó corta en el mal augurio que le vaticinó. Una cosa es no gozar de una fortuna, otra estar indefenso frente a las versiones aplatanadas de Jason y Freddy Krueguer: Topo Gigio y Bareta el Trípode. Sofocaos porque Pochum no da luz sobre dónde escondió el billete. Mejor para los torturadores. No verán la misma película de Quentin Tarantino o el GORE JAPONÉS Ichi de Killer de nuevo. Filmarán sus propias versiones. EN VIVOLA. Él será el protagonista. Un Splatterpunk de Calle para nada splendour; a no ser por la sangre que cantará el coro de una tragedia griega integrado por POPPIS.
En Freakilandia las notas luctuosas no son por los fallecidos, sino por los que deberían fallecer y no lo hacen. Úrsula, la madre; Fátima, la hija; una tortura psíquica con el high definition de un poder paranormal potenciado por el odio; la habitación blanca de un hospicio ubicado en una página cualquiera del libro que hoy se pone en circulación… Dejo de tarea al lector imaginar qué cosa anhelan hacer esas dos ancianas en caso de tener juventud y salud… El con quién hacerlo, será evidente.
Lo anterior es buena noticia para Manolito el Mago. Como personaje principal de la historia que lleva su nombre, debió hacer los trucos para amenizar el TETEO de gratis. Pero no. Hay que pagarle su efectivo. Él josea su dinero con el sudor de la frente de Satanás, y el arte nigromántico heredado de su madre. Y si le vienen con truco eh cámara… ¡Juhh! Esculpió muñequitos de todos los personajes. Y no será clavándoles agujitas que les va a cobrar. Y by the way: nada de compartir escenario con DJ Adonis.
Cambio de título y en LA NAVE VA el viejevo José María, loco por jondear a Rosa, su mujer, por la borda del crucero a mitad del Caribe; escaparse con la mami chula que vio en el gimnasio con un par de viagras en los bolsillos, y frenar con ella en el TETEO. Pa mostrarle a esos palomos fanáticos de El Alfa y Bad Bonny quién es el verdadero PAPÁ DEL MAMBO.
Un cocote parecido tiene el personaje Georgilo con una ucraniana que conoció por Facebook. Lo de él no es tanto su visa como cogé cámara en el TETEO con esa rubia, subir pila de selfies a sus redes sociales y luego agarrarla y darle una pela eh… ¡Pero bueno!, como en la gran mayoría de estas historias, el maestro Vladimir Velázquez mezcla de manera inédita en nuestra literatura, lo bizarro, el horror psicológico o lo sobrenatural, con las múltiples y pintorescas encarnaciones de nuestra idiosincrasia caribeña, el Sanky Panky de cuello blanco seguro se robará el show, pero desde el facebook live que transmitirá una inesperada y horrorosa hada madrina.
Ya quisiera explayarme en la amargura de vida de Miss Peggy —apodo infantil que trauma a nuestro personaje cada vez que lo recuerda—, igual haciendo mala sangre porque el maldito deber de ir a la funeraria a despedir el cadáver de su odiada hermana, le impedirá desacatarse en el TETEO. Al menos la verá muerta. Bien muerta. Del todo muerta. Felizmente muerta. ¡NO BULTO!!!
Y créanme, cómo me gustaría también seguirle los pasos a Pablo, pintor fracasado y alucinado, en su sueño recurrente: persiguiendo obsesivamente un hermoso fantasma femenino. Aunque jamás debió acosarla en su vigilia a través de las calles de la Zona Colonial. Al menos en su sueño hubiese podido darle alcance en el TETEO, donde la peor tragedia que podía ocurrir, sería descubrir que su dama ideal era un transexual.
Pero no. La estrella que guía a tres de nuestros personajes, me vaticina que ese TETEO en Freakylandia no acabará bien. Resulta que Tomás decidió invitar unos amiguitos muy especiales directo desde el planeta Marte. Los cuales vienen dispuestos a mover la chapa de sus tentáculos mejor que Tokisha y Cardi B. La MACÓ el nerd. Debió evolucionar el tigueraje de RD, y no la humanidad.
Encima, una gigantesca monstruosidad avanza hacia el TETEO luego de disfrutar de un bocado que resultó mortal para don Daniel y su hijo Johnny. En su finca se celebraría el banquete de after party. Pero el banquete se hizo una sola carne ya ni frita, asada o guisada, sino cocinada por la venganza post mortem de Cástulo con la mejor receta del body horror.
Pero incluso ese ciclópeo collague de longanizas, alitas de pollo y costillitas, se quedó con el moño hecho… Ya que, inesperadamente: sobrevino el FIN DEL MUNDO.
Pero tranquilos. Otro TETEO se celebra de este lado del universo especulativo de Dominican splendours. Aquí mismo, en Casa de Teatro. Los beats no son de dembow o reggaetón, sino de los procesos sinápticos de una MENTE barrocamente EXTREMÓFILA. Menos mal que su caótica versión del fin del mundo está confinada en las páginas de esta, su ópera prima literaria.
Igual tenemos que estar alertas durante la lectura de estos cuentos: la frontera que separa el ruido de un TETEO en Dominican splendours de otro en Freakylandia, es apenas una página que, mal tirada hacia la izquierda, sea succionada por el apocalíptico astro negro de la primera historia.
¡LLÉVATELO CUNDO!
Por Odilius Vlak
Valoraciones
No hay valoraciones aún.