Descripción
El pequeño Guanino se quedaba muy pensativo cuando le decían que la gente había nacido de una cueva llamada Cacibajagua y que muchas de ellas habían llegado a la isla ayudadas por el dios Sol. Eran muchas las opiniones muchas las dudas de Guanino. El dios sol no deseaba que Guanino desconociera el sitio de donde había llegado sus antepasados… Era cierto que quien había traído a los primeros seres humanos habían sido él.
Guanino pidió al Sol que le mostrara los lugares de donde había salido los abuelos de los abuelos que poblaron las islas. El lugar principal estaba en la desembocadura del río Orinoco, en lo que hoy es Venezuela. Cabalgando sobre el Sol el niño hizo un viaje maravilloso que le permitió ver desde gran altura la ruta de los primeros pobladores hacia su tierra. Vio nubes, océanos, grandes peces, iguanas verdes, caimanes y monos, pero también poblados indígenas y mujeres con niños muy parecidos a él y visitó aldeas para, orientado por el dios Sol, aprender cosas del pasado, porque el pasado no moría, sino que se quedaba en los caminos y esperaba que cada cierto tiempo un niño curioso, como lo era Guanino, quisiera conocer la historia de cómo había emigrado viejos navegantes hasta llegar a la isla llamada Babeque, que era el nombre taíno que ahora tenían la misma. ¡El dios Sol los orientó señalándoles el camino!
Esta es por fin una historia de viaje. Guanino soñaba un día, poder contar a todos su experiencia, y esta es la que el autor de este libro encontró en un bohío, escrita por un indio que había prendido a escribir con los españoles que llegaron y pudieron traducir en 1494, lo que Guanino, ya muy mayor, había dicho en su lengua hoy desaparecida…
Valoraciones
No hay valoraciones aún.